La Revolución Mexicana fue la primera etapa
histórica totalmente documentada en cine. La Primera Guerra Mundial, iniciada cuatro años después del conflicto,
fue registrada siguiendo el estilo impuesto por los realizadores mexicanos de
la revolución.
El año 1910 estuvo repleto de
fiestas patrias por el primer centenario de la independencia, lo que conllevó a
la realización de homenajes patrióticos como lo que llegó a ser “Memorias de un
mexicano”, realizado por Salvador Toscano, que intentaba plasmar eventos históricos del país. Nadie sabía con exactitud el gran cambio que estaba a punto de ocurrir en México.
En la etapa maderista, Las pantallas de cine comienzan a llenarse de
noticieros y cine documental que apoyaba a la revolución. Películas como “La
revolución en chihuahua” o “La revolución en Veracruz”. El gobierno de Porfirio
Díaz acusó a los cines de pornografía e inmoralidad por exhibir documentales revolucionarios, hubo
censura e incluso intentos de atemorizar al público como difundir el rumor de
que asistir al cine ocasionaba ceguera.
Al tomar la presidencia Francisco I. Madero, apareció un cine más liberal,
dándole incluso un espacio al cine italiano en las salas nacionales. Supo aprovechar las habilidades de
Salvador Toscano y de los hermanos Alva para proyectar su imagen tras la firma
de los acuerdos de Ciudad Juárez en 1911. La usurpación de Huerta, provocó la llamada Coalición Carranza-Zapata-Villa para derribar al déspota con la ayuda del presidente de estados unidos
Woodrow Wilson.
La demanda de
películas fue amplia en esta época, productores empresarios enviaron sus
camarógrafos a filmar a los zapatistas en Morelos, el resultado fue “Sangre hermana”, documental de tres mil metros para demostrar “con
claridad los horrores del zapatismo”, filmado en los términos de Huerta, pero
el flim, irónicamente obtuvo considerable simpatía del público hacia la Revolución.
Para entonces los
caudillos habían notado el poder del cine
y lo utilizaron a su favor: Pancho Villa firmó
en 1914 un contrato de exclusividad con la Mutual Film Company, que sirvió para
difundir una imagen favorable de su casa en los Estados Unidos y hacerse de 50 mil dólares
que destinó a aprovisionar a la División del Norte, fue tanta su fama que Estados
Unidos lo apodó “el centauro del norte”, por su gran habilidad como jinete y
entre otras cosas, por su talento de detener el caballo justo frente a la cámara
que estaba a punto de capturarlo. Contaba con sus
propios camarógrafos norteamericanos, e incluso se dice que llegó a
"coreografiar" la batalla de Celaya en función de la cámara de cine.
También Álvaro Obregón y Venustiano Carranza utilizaron el invento, quizá
sólo el sur zapatista se mantuvo al margen de estas estrategias cinematográficas.
La
industria fílmica mexicana nació en el medio de esta profunda transformación
social del país, de hecho, los años de 1917, a 1920 se consideran la primera
época de oro del cine mexicano. Después de eso, en la década de 1920, con la aparición de los glamurosos
años emergentes de Hollywood, el cine mexicano decayó, no volvería,
afortunadamente, a su papel de herramienta propagandística.
Esta es la copilación que publicó Carmen Toscano en 1950, de las filmaciones de supadre para hacer "Memorias de un Mexicano".
Referencias:
Mora, C. J. (1989). Mexican
Cinema: Reflections of a Society (1896-1988). Univ of California Press. Recuperado de :http://books.google.es/books?hl=es&lr=&id=pOwdFIQiTv8C&oi=fnd&pg=PR11&dq=Mexican+Revolution+cinema&ots=QhSI9hAQs3&sig=284Ey1gvX0EDYAh8thldt5Tdimc#v=onepage&q=Mexican%20Revolution%20cinema&f=false
UNAM. (S.f.). El cine en la Revolución Mexicana. Filmografía. Recuperado el 12 de noviembre del 2013: http://www.cineyrevmex.unam.mx/home.seam
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