Mientras que en Europa y Estados
unidos el cine fluía con glamur y toda prosperidad, en Latinoamérica, su camino
se hallaba obstruido por la crisis de medios. Del territorio, sólo Argentina, Brasil y México pudieron establecerse una identidad
cinematográfica estable.
El mal endémico del cine mexicano
está dividido en dos aspectos:
- El poco
desarrollo económico del país.
- La falta de
calidad en los productos.
Principalmente
en su periodo de acenso que va de 1938 a
1945, el cine mexicano tiene poca variedad temática, está basado en, citando a Poloniato (1984) “melodramas,
un falso folklore sentimental y disfraces”. La razón directa de este panorama
es el poco riesgo que tomaron los empresarios al producir cine; en un país
tercermundista perder dinero es desastroso, al hacer producciones fáciles y
poco memorables dirigidas un público plenamente identificado, la ganancia es
segura. García
Riera, (2002), dijo:
El cine mexicano ha producido películas malas, burdamente comerciales,
pero aún con sus productos más ínfimos,
es una forma de ver el país, una forma que muchas veces cae en la deformación.
En otras palabras, el cine es una realidad que se produce paralelamente a la
realidad mexicana misma.
Directores
como Emilio “Indio” Fernández y Julio Bracho, ambos inspirados en directores
como Sergei Eisenstein y el enfoque de sus películas hacia la poesía en la
problemática social, realizaron las películas que conocemos hoy: con historias
centradas en personajes marginales y sufridos, paradójicamente interpretados
por las celebridades más admiradas y ricas de la época. Por supuesto, éste cine
también tuvo sus joyas, como por ejemplo La
perla, basada en la novela homónima de John Steinbeck también dirigida por Emilio “Indio” Fernández, considerada una de las más grandes películas mexicanas principalmente por su fotografía a cargo de Gabriel Figueroa.
El cine
nacional no trascendió principalmente por su hermético carácter cultural, por
sus temas y códigos que no resultarían familiares a quien no fuera mexicano,
volvería a verse un clima así cuando en 1950, el cine se enfrente contra el
retroceso a cargo de la STPCM al volver rígidas las normas de producción e
imponga la censura.
En el siguiente enlace se encuentra
una entrevista con el señor García Riera, historiador del cine mexicano:
Poloniato, A. (1984). Cine y comunicación. México D.F:
Trillas